Juana de Ibarbourou ( 1892 - 1979 )

Juana de Ibarbourou, Juana de América, es posiblemente la poetisa más excelsa del Uruguay, por lo menos la de más aclamo popular. Fue otorgada medalla de oro en prácticamente todos los países del Nuevo Mundo, y también recibió unas cuantas en el Viejo.


De Ibarbourou se distingue por su expresión sencilla, pero de profundo sentimientos y significado. Por un lenguaje y una forma capaz de ser interpretada por el público en general. Para poder leer e interpretar algunas poetisas hay que ser poeta, pero no en el caso de esta uruguaya. Especialmente en sus tres primeros poemarios donde la alegría de vivir se entrelaza con la melancolía, la naturaleza de los campos con las travesuras de la impaciente juventud. Ya en los otros poemarios que siguen se pone más seria, más literaria, pero sigue siendo Juana de América.


Hemos leído varias anécdotas de Juana de Ibarbourou y todas, desde jovencita hasta ya entrada en los años, describen una persona muy amable, muy cariñosa, una uruguaya. Según las descripciones, la impresión que tenemos es que no sólo era incapaz de hacerle daño a nadie sino que captaba y se preocupaba por las necesidades sentimentales de las personas con las que trataba.


Natural de Melo, Juana Fernández Morales transcurrió su infancia en su pueblo natal. Escribió algunos poemas que vieron la luz en las publicaciones locales y también de Montevideo pero sin ninguna consecuencia. A los diecinueve años se casó con Lucas Ibarbourou. El matrimonio, después de cuatro años de recorrer casi todo el país, se trasladó a Montevideo. Totalmente dedicada a su familia escribía sus poesías por satisfacción propia, hasta que ya en la capital un escritor vio aquella maravilla. Y la que estaba supuestamente ser una muchachita del campo, resultó ser una de las plumas más depurada y elegante en la poesía femenina de esta lengua.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por visitar nuestra web